¡Hola futboleros!
Hoy hablaremos de mi equipo del alma, el Real Oviedo.
Sin duda alguna el equipo carbayón atraviesa el peor momento de la temporada ya que ha sido destituido el que hasta ahora era su entrenador, Pichi Lucas, personalmente seguiría contando con él pero la manera de tirar por la borda los dos últimos partidos (Alavés y Lemona) y la falta de ideas para remediarlo me hacen pensar que este cambio de timón puede ser positivo, aunque en el Oviedo nunca se sabe.
El Consejo de Administración del equipo azul ha dado otra muestra más de su total inoperancia y ha decidido que el encargado de dirigir a partir de ahora a la plantilla sea José Manuel Martínez, que si bien ya de mano no cuenta con el apoyo de la mayoria del público por su “gran pasado” como entrenador del “acf”, el hecho de que los fichajes (él es el máximo responsable) no estén rindiendo en su mayoría como deberían tampoco ayuda.
La gota que colmó el vaso fue la manera en la que caímos derrotados el sábado en el Tartiere, un partido que vas ganando en casa 1-0 en el minuto 80 no te lo pueden levantar salvo que ocurra algo justifcable, en el caso del Oviedo dos goles calcados: jugada por la izquierda, el medio que no ayuda y se queda en posición de ataque, el lateral que no opone ningún tipo de presión a la hora de centrar y un tío sólo en el segundo palo ganando la espalda al otro lateral para conectar dos cabezazos a las mallas de la porteria defendida por un portero pasmado.
Pero en este caso no es así tras haber completado los primeros mejores 60 minutos de la temporada el equipo se desdibujó tras el cambio de sistema de Larrazabal, que pasó de un 5-4-1 a un 4-3-3 y en ese momento la falta de ideas de Pichi, que mencionaba antes, hizo que con dos jugadas idénticas el Lemona fuese el segundo equipo de la temporada que se llevase los tres puntos del feudo azul.
Si alguien quiere buscar una excusa podría acudir a los cambios ya que Nano, Miguel y Pelayo se retiraron del terreno con dolencias, pero de todos modos el ex entrenador azul tenía que haberse dado cuenta de este cambio de dibujo del equipo vasco y juntar más líneas para fortalecer la presión y desde luego evitar que el equipo se partiese como lo hizo ya que parecía que jugabamos con un 1-6-0-4, o se defendía o se atacaba, no había equilibrio y entre que no sentenciamos y que nos despistamos fácilmente llegan los goles en contra y tres puntos más que se escapan del Tartiere.
Ahora mismo el Real Oviedo ocupa posición de descenso directo al infierno de la tercera división, esperemos que José Manuel (ya dije que tengo mil dudas con el, espero equivocarme) sepa reconducir esta situación y empiece con la primera victoria fuera de casa el domingo ante el Guijuelo, que falta hace.
Mañana hablaré un poco de los jugadores de la plantilla azul.
Hala Oviedo
Santiago Serrano Miralles
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