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lunes, 26 de marzo de 2012

86 años de Orgullo, Valor y Garra (parte I)

¡ Hola futboleros !

El Real Oviedo, el equipo de mi corazón y de muchas otras personas, cumple años. Concretamente 86, a lo largo de ese tiempo el equipo de la capital del Principado de Asturias ha vivido de todo: desde acariciar un título liguero hasta estar a punto de la desaparición, afortunadamente su fiel hinchada no lo permitió y seguimos dando guerra.
Han sido años de luces y sombras, actualmente nuestro Oviedín vaga por la 2ªB, una categoría que no se corresponde para nada con el que tenía que ser nuestro sitio, la 1ª división. Pero lo peor del actual momento es la situación extradeportiva en la que el club están inmerso, la institución está a la deriva a causa de unos dirigentes a cada cual peor. Eso sí, la afición sigue al lado del club con más fuerza que nunca.



He decidido recoger el testimonio de varios Oviedistas y plasmarlo en este blog, cada uno de ellos me ha relatado su mejor y su peor recuerdo. Algunos son más largos, otros más cortos pero todos tienen como factor comúrn la carga total de Oviedismo.
Está dividido en cuatro capítulos: familiares y amigos, jugadores, periodistas y aficionados con los que no guardo ningún tipo de relación.
Espero que lo disfrutéis.



FAMILIARES Y AMIGOS:

-Santiago Serrano Miralles (@frefu). Mejor recuerdo: Es difícil escoger mi mejor recuerdo, afortunadamente tengo muchos, al igual que malos por desgracia. El 2-1 al Barça con Fabio Pinto y Moller, la manifestación previa al partido contra el engendro en el Tartiere,el día de verano en 2003 que el Oviedismo se echó a la calle, el festejo del ascenso a 2ºB después del partido de Mallorca, el reciente partido en San Mamés...Pero si tuviese que quedarme con alguno sería con aquel Real Oviedo-Mosconia, nuestro primer partido en Tercera División, increíble pero cierto, en unos años habíamos pasado de jugar contra el Madrid y el Barsa a enfrentarnos contra el San Martín (equipo ahora desaparecido creo) y contra el Llanes (el equipín de mi pueblo). El 31 de agosto de 2003 no se me olvidará jamás, después de llegar a casa de entrenar y tras una ducha y comer, me senté delante del ordenador a jugar a aquel mítico juego, el PcFútbol, tenía un señor equipazo, ganaba títulos, todo ello con el Real Oviedo. Se acercaba la hora del partido, no voy a negar que tuve dudas sobre si asistir o no, sin duda alguna tome una de las mejores decisiones de mi vida. Aquel día hice una ruta que desde entonces repito cada vez que voy al Tartiere, el momento del himno con las gaitas fue brutal. Los pelos de punta, 4000 locos viendo un partido de Tercera entre el Oviedo y el Mosconia, un gol del morenito Killy nos dió la victoria y hacía que nuestro casillero pasase de -6 a -3 puntos por una sanción FIFA. Recuerdo llegar a casa y bromear con mi padre y hermano: "de aquí a la Champions". Ese día mi Oviedismo se reforzó hasta límites insospechados, desde entonces sigo al Oviedín con amor y locura.
Peor recuerdo: Sin duda alguna, mi peor recuerdo no es un descenso (de manera directa) o un fracaso en play-off. Se trata de un partido en el Tartiere contra el Barakaldo de la temporada 2006-2007, el equipo llevaba una desastrosa temporada y ese partido se antojaba vital para luchar por la permanencia ya en la jornada 24. El final no pudo ser peor, 0-1 en el último minuto tras un barullo al botar un jugador del conjunto vasco un córner. Inmediatamente vino el pitido final, nada más escucharlo mientras la gente abandonaba el campo o gritaba a los jugadores y a Toño Velázquez (entrenador por aquel entonces) yo rompí a llorar en mi asiento, sabía que volvíamos a Tercera, a los barrizales. Mis amigos (Joaquín, Andrés y Pelayo) no sabían como consolarme, pasó un rato hasta que se acercó a un señor, totalmente desconocido para mi, que me preguntó si estaba así por si mi padre era Toño. Le contesté que no, pero que nos volvíamos a Tercera a lo que me contestó "Subiremos el año que viene, seguro. Eso sí, renovarás el carnet de socio y apoyarás al equipo hasta el final, ¿no?". Pues claró, contesté, el disgustó me duró unos minutos más hasta que decidí abandonar el campo en compañía de mis amigos.
Curiosamente ese mismo señor fue el que me consoló el día del Pontevedra en el que también rompí a llorar tras el fracaso, mi amigo Pelayo tampoco sabía que hacer. Ninguna de las dos veces le vi la cara, pero supe que era el mismo, el dialogo fue parecido, este año espero reencontrarme con el, pero que esta vez las lágrimas sean de alegría.

-Nicolás Serrano Martínez. Mejor recuerdo: A lo largo de la historia del Oviedo, ha habido numerosos momentos que quedarán para siempre en mi memoria. Son ya muchos años siguiendo a mi Oviedo, tantos que se podría escribir más de un libro. Ahora que se han cumplido 86 años de vida de este club, me gustaría recordar uno de los mejores momentos: la clasificación en 1991 para la Copa de la UEFA, con Irureta de entrenador y contra el Génova.
Al igual que he vivido momentos de máxima alegría, el Oviedo también me ha hecho sufrir (y me sigue haciendo).
Peor recuerdo: Por desgracia mi peor recuerdo se está prolongando en el tiempo, es la gestión de su directiva actual.
Mantengo la ilusión de que el Oviedín de mi alma vuelva a la primera división. División que le corresponde. Sigue siendo el equipo de la capital de Asturias, y Asturias es y será un grande del fútbol español. Como dice nuestro himno: “Orgullo, valor y garra”.
¡VOLVEREMOS, SIEMPRE OVIEDO.HALA OVIEDO!

Nicolás Serrano Miralles. Mejor recuerdo: Yo creo que el mejor momento como Oviedista es el ascenso a Segunda B. en Mallorca, en la tanda de penaltis. Fue muy tenso y sufri muchísimo!!! Lo recordaré siempre por lo que sufrimos y luego como nos abrazamos mi hermano , mi padre y yo. Fue una verdadera alegria.
Peor recuerdo: está tambien relacionado con Mallorca....y es claramente el descenso a Segunda división. Recuerdo verlo en casa de mi gran amigo Davo y sentirme muy jodido. Después del partido, pusimos el ppv y vimos como Rivaldo hizo aquella obra de arte contra el Valencia, con Gaspart volviendose loco....pero nos daba todo igual...así que me fui para casa, sin decir nada y llorando como un niño....
Hoy estamos en segunda b pero desde que estamos viviendo todo este calvario, no hay ni un solo dia que dude que yo volvere a ver al oviedo en Primera, no se si como hijo,como padre o como abuelo...pero seguro que volveremos!!! Hala Oviedo!

Joaquín Pertierra Brasa @yosoydefrefu: Mejor recuerdo: Pues ,obviamente y como no podría ser de otra manera, ocurrió junto a Santiago Serrano Miralles. Transcurría una tarde de fútbol en el Estadio Municipal Nuevo Carlos Tartiere. El Real Oviedo iba perdiendo 0-1 contra un rival, el Palencia, que estaba jugando mal pero que tenía al trencilla a su favor y encima provocaba al público del Tartiere, craso error. Como dice el otro, no vendas la piel del Oso antes de cazarlo; digo esto porque en el 89 y 92 metió el Oviedin de nuestro alma sendos goles. El público enloqueció al igual que Frefu, el cual celebró el segundo de los goles de la mejor manera posible: tirándome mis gafas de sol nuevas al suelo para abalanzarse sobre mi persona para darme un beso, en la mejilla, claro está, sino lo mato jaja La cosa no quedó ahi porque delante nuestro estaba el hermano de Frefu con sus amigos y , como no, todos acabaron gritando gol y toma como locos encima mio. Una locura de esas que nos presta tanto vivir a los sufrido seguidores del Real Oviedo. Al termino de los 90 minutos ocurrieron sucesos graciosos para mi. El susodicho se quedó mirando desde la acera a los seguidores del Palencia mientras estos estaban siendo reprimidos por los antidisturbios. Mirando apriori, a posteriori empezó con su sarta de "halagos" del estilo de: horribles, horribles. Me dais pena y asco. Este tipo de cosas seguidas de la ya famosa frase:"Ya me jodería, ya me jodería, perder en el útimo minuto... Horribles!! Horribles!! Corriendo pa Palencia os mandaba yo!! Horribles!" Por último decir que su hermano también se unió a las "alabanzas", cosa que Frefu no recuerda, lo que nos hace ver el nivel de enagención que llevaba el chico: todo un fierina.
Peor recuerdo: El peor recuerdo que tengo del Oviedin es el de estar este año viendo todos los partidos sin Frefu. La verdad es que presta siempre ver los partidos en el Tartiere, pero no presta lo mismo si no está Frefu. Por ello pido hacer un cambio: mandar a Alberto González a Atenas (total alli no puede robar nada) y traer de vuelta a nuestro Frefu del alma.

Andrés Durán Chase @andreschase Mejor recuerdo:
Un partido, un momento, el minuto 93 de la decimotercera jornada en el Nuevo Carlos Tartiere. Se enfrentaban el Real Oviedo y el Málaga en la que sería la última temporada por ahora del Real Oviedo en la máxima categoría del fútbol español. Empate a 2 en el minuto 93 cuando se pita una falta al borde del área a favor del Oviedo. Se notaba esa tensión y esa ilusión por un gol en el último minuto. La gente animaba con sus característicos golpes en el suelo con los pies y con sus palmas. Se hizo el silencio en el momento del lanzamiento de Tomic y luego... explosión... Golazo del balcánico que dio la victoria al Oviedín y que hizo disfrutar a sus aficionados como nunca.
Peor recuerdo: Mi peor recuerdo es el de muchos seguidores me imagino. El fatídico descenso a tercera división... Recuerdo que el peor momento no fue el el descenso, sino el día posterior. Cuando realmente me di que estábamos en Tercera... Fue una sensación de impotencia difícilmente explicable... Una categoría en la que nunca me imaginaría al Real Oviedo jugar y en la que tocó sufrir y armarse de orgullo, valor y garra para salir adelante.

Pablo Feito Fernández @pablodepeche. Mejor recuerdo: Soy un universitario que estudia fuera de casa y algún que otro fin de semana suelo meterme varias horas en autobús. Uno de esos fines de semana coincidió con el decisivo día para el club azul, se jugaba seguir con vida en el mundo del fútbol. En la ida pudimos comprobar que el Oviedo tiene una afición que reanima al paciente más grave, esas sensaciones se trasladaron a Mallorca. Viví la tanda de penaltis bajo la narración de un amigo que estaba con los auriculares, fue un momento bonito y emocionante con un gran desenlace.
Peor recuerdo: Fue el partido de vuelta contra el Pontevedra. El resultado de la ida permitía la posibilidad de una tarde de celebración en el Tartiere, pero todo se convirtió en decepción y frustración. El equipo azul dio muestras de no saber manejar la presión, realizando el peor partido de la temporada en el momento más inadecuado. Fue un palo duro para la entidad y para la afición.

Cristina Rey Noriega @crisreydoc. Mejor recuerdo: Tengo muy buenos recuerdos del Oviedo desde primera hasta ahora en segunda b pero me quedo con uno que me llamo mucho la atención y que no tiene que ver con resultados obtenidos si no con lo que puedo y podemos agradecer todos los que queremos al Oviedo. Hace unos años cuando el Oviedo estaba en la más absoluta ruina un jugador llamado Yeray vino aquí a apoyarnos y a echarnos una mano cuando más lo necesitábamos. El 25 de abril de 2010 el Oviedo goleó al Vecindario por 9-1 pero lo mejor fue como todos cantábamos a Yeray y como se demostró el cariño de la afición hacia él. A día de hoy sigue apoyándonos. Me pareció increíble ese día el Tartiere con él y me parece inmenso lo que hizo así que lo escojo como mejor recuerdo aunque no tenga que ver con el juego del Oviedo y los resultados obtenidos.
Peor recuerdo: El Real Oviedo, equipo histórico, desciende a segunda división en 2001 y tras malos resultados y deudas tremendas e impagos a jugadores el Oviedo desciende a tercera. Para mí, como para casi todos lo oviedistas, este fue el peor recuerdo porque pensé que no había vuelta de hoja y que estábamos perdidos… lo pasé muy mal. Por suerte conseguimos mantenernos gracias a una afición que es única y esperemos que este año sea el nuestro y volvamos a resurgir.

Alberto Rey Noriega @albertornoriega Mejor recuerdo: 20 de Febrero de 2011. Real Oviedo 2-1 Eibar. Una semana después de la gran humillación (ver peor recuerdo), visitaba el Tartiere el segundo clasificado. El Real Oviedo estrenaba entrenador, un Pacheta que había dicho mil veces durante la semana que solo le preocupaba ganar el Domingo al Eibar, y la afición le apoyó y se conjuró para este trascendental partido. Bastó con ver 5 minutos para darse cuenta de que este Oviedo era otro. Los jugadores corrían y peleaban a muerte cada balón, algo que no se recordaba desde hacía mucho en la capital asturiana. Tras una gran primera parte, el equipo ganaba 2-0 al descanso y se había cargado de un plumazo todas las sensaciones negativas de las últimas semanas. Como somos el Oviedo, nada se entinde sin sufrimiento y en la segunda parte el Eibar recortó distancias y hubo que sufrir hasta el final. Pero el equipo no desmayó y sumo 3 merecidos puntos, devolviendo la ilusión al oviedismo y avisando de que estaban muy vivos. Volví a abandonar el Tartiere con lágrimas.... de alegría.
Peor recuerdo: 13 de Febrero de 2011. Real Oviedo 0-1 Sporting B
Lo recuerdo como uno de los peores días de mi vida. El Oviedo estaba en crisis de resultados y, sobre todo, de juego, con un inepto en el banquillo y unos jugadores que parecía que nada iba con ellos. Nos visitaba el filial del eterno rival, partido que solo el hecho de jugarlo duele y mucho a la afición azul. El equipo fue claramente inferior al Sporting B durante la primera hora de partido, viviendo momentos de auténtica humillación. Y la última media hora, en la que el partido se calentó con 3 expulsiones, se vio la impotencia de un equipo que apestaba a Tercera División (y casi segura desaparición si eso ocurría). Ese día abandone el Tartiere con lágrimas en los ojos y parecía que nada me podría consolar...

Sofía Santos Menéndez @SofiiSm. Mejor recuerdo:Sin lugar a dudas me quedo con el golazo de falta que marcó Manu Busto en la temporada 2010 frente al Sporting B que nos dio la victoria en el último minuto del partido. No se trata de los 3 puntos más importantes, ni de una eliminatoria trascendental, pero los derbis siempre son diferentes, muchos sentimientos...
Espero que al final de esta temporada mi mejor recuerdo sea otro, sea que por fin subimos a segunda, un pasito más para volver a donde realmente debemos estar, a Primera!
Peor recuerdo: La verdad que tengo más de uno y de dos recuerdos del Oviedín que me gustaría no tener. Me quedo con 2. Por un lado, el Oviedo-Real Madrid de la temporada 2001. Recuerdo que aquel día llegué al estadio superilusionada junto con mi padre con el pleno convencimiento de que íbamos a ganar aquel partido, el Madrid ya era campeón y nosotros ganando conseguíamos la permanencia. Para mí era imposible no conseguir los 3 puntos. Comenzó el partido y, como era de esperar, el Madrid salió por salir, no se acercaban prácticamente a la portería ovetense...1 vez llegó y esa vez marcó... el Oviedín por más que lo intentaba no era capaz de marcar... Conseguimos un mísero punto que no nos sabía a nada y que auguraba una última jornada muy tensa y con muchas papeletas de que bajásemos, como finalmente pasó.
El otro recuerdo que no me gustaría tener se remonta al año 2004 cuando estuvimos a punto de levantar la eliminatoria frente al Arteixo. Aquellos últimos minutos del partido fueron muy intensos y no se perdió la esperanza hasta el último minuto aunque una vez más no pudo ser y el Tartiere entero se vino abajo, aunque siempre apoyando al equipo en todo momento, como siempre.
Felicidades Oviedín!!

Pelayo Sicilia Blanco @noesporti. Mejor recuerdo: Mi relación con el Real Oviedo nació el día que mi tío me llevó por primera vez al viejo CARLOS TARIERE. Corría la temporada 96/97 en la liga española, y como no el Oviedo PASÁNDOLAS PUTAS para mantenerse en primera. A dos jornadas del final estábamos en promoción de permanencia, de aquella cuando existía, y nos quedaba dos partidos por delante, uno contra el Valladolid que se jugaba la UEFA (1-1), y el último partido contra el Zaragoza con el aliento del descenso en el cogote. Pues me tío tuvo la genial idea de llevarme a ver este partido en mi primera vez, (1-0) de milagro y arrastramos al Rayo al descenso salvándonos nosotros.
Desde este día el Oviedo y yo siempre nos llevamos bien, pero en los últimos 5 años creció mi afición y le sigo a todas partes cuando más falta hace. Por eso mi mejor momento con el Oviedo sin duda ninguna fue el partido contra el Sporting B de hace 2 temporadas, cuando el estadio se llenó (fuimos el estadio con mas asistencia de la jornada después del Santiago Bernabeu), ganamos con un gol de Manu Busto de falta directa con el tiempo cumplidiiiiiisimooo, y yo y mis amigos de siempre volvimos a sentirnos parte de algo GRANDE, que por desgracia aunque lo sabemos no siempre lo recordamos. El Oviedo es muy grande
¡HALA OVIEDO!
Peor recuerdo: El momento de la eliminación en la fase de ascenso a Segunda División de hace dos temporadas contra el Pontevedra. Fue una gran temporada, de buen juego y un equipo que realmente convencía al aficionado, ingredientes de sobra para ver al Pontevedra eliminado a la primera de cambio, pero el desacierto en ese partido, la desorganización y un gran Igor da Sousa nos pintaron la cara (sobre todo este último, que nos asombró a todos).
Fue la mayor desilusión que recuerdo, quizá por las grandes expectativas que nos creamos, sobre todo mi amigo Santi y yo, que nos quedamos lamentándonos sentados en nuestros asientos una vez acabado el partido tratando de encontrar consuelo.



PERIODISTAS

-Pedro Zuazua @PedroZuazua. Mejor recuerdo: Con todo lo que pasé, incluyendo lo de la UEFA, como en Ávila no tengo recuerdo mejor. El día del 1-5 fue de los más felices de mi vida, era ver que por fin dejaríamos la Tercera División, y ver a toda la gente vestida de azul celebrándolo por las calles es algo que me hizo tremendamente feliz.
Peor recuerdo: Además del descenso administrativo a Tercera, recuerdo con mucha pena el partido del play-off contra el Arteixo. Ese día lloré como jamás había llorado en toda mi vida, de verdad. Me había dejado una novia hace unos días y ni punto de comparación. Aquel día, después del partido llegué a casa con una llorera tremenda y mi padre, el pobre hombre, me había pegado en la pared un papel con “Yo sigo siendo del Real Oviedo hasta la muerte, hasta la mía claro” y ahí volví a romper a llorar y a llorar, se acercó mi madre y me preguntó “¿ Qué eres tonto?” y yo lloraba y lloraba.

Chisco García. Mejor recuerdo: Cualquiera del año del 2003, todas las vivencias que hubo ese año las guardo con un gran recuerdo en mi memoria, pero si tuviera que quedarme con alguno probablemente sería el partido de San Lázaro con toda la gente viéndolo desde el parque, aquello me alegró especialmente.
Peor recuerdo: Mi peor recuerdo también es de 2003, son aquellas fatídicas noches de verano en las que no se sabía lo que iba a pasar con el club, cada día era más difícil que el anterior hasta que todo se acabó. Llegó el descenso administrativo, lo peor era la incertidumbre que hubo de si el equipo podría reunir lo necesario para salir a competir en Tercera.

Marcos López @futbolitis_aco. Mejor recuerdo: El ascenso a Primera en Mallorca. En mi casa rompimos un sillón, estuvo por allí tirado varios años (risas). Fue una celebración familiar, con mi hermano que tenía 5 ó 6 años, salimos a celebrarlo por Oviedo y estuvimos por ahí hasta las 7 de la mañana, yo veía a toda la gente como no la había visto nunca, eso fue mucho más que un San Mateo.
Peor recuerdo: La confusión, no hay un recuerdo único. Como tristeza el día del Madrid, todavía teníamos que ir a jugar a Mallorca pero ese día salí del Tartiere realmente jodido, la verdad que no pensé que sufriríamos tanto, habíamos estrenado equipo y estadio. Se había hecho un equipo en condiciones, ganábamos en casa y perdíamos fuera, hasta que nos fuimos hundiendo y fue la crónica de una muerte anunciada, que me parecía extraña. Con todo el apoyo de la gente y el Madrid que venía con la liga ganada y muchos reservas parecía que podía ser pero al final no pudo y descendimos en Mallorca.

Nacho Azparren @NachoAzparren. Mejor recuerdo:Cuando eres pequeño las imágenes te quedan marcadas como flashes, fogonazos. No logras retener el hilo argumental pero te asaltan recuerdos muy exagerados. Sería incapaz de describir qué sentía a lo largo de una temporada entera pero sí me acuerdo pequeños momentos de alegría: el calentamiento ante el Génova, la volea de Pompei contra el Mérida, Dely celebrando un gol con un teléfono, Abel Xavier en plena grada animando a sus compañeros como un ultra más, el remate de Moller que iba a saque de banda y acabó en gol... Pero si tengo que elegir un día en el que recuerde más momentos buenos, el más marcado en mi memoria, fue el partido de ida de la promoción contra Las Palmas.
Quizás por lo agobiante de una promoción (para los más jóvenes: eliminatoria que se disputaba entre el antepenúltimo y el cuarto por la cola de Primera y el tercero y el cuarto de Segunda) recuerdo casi todo de aquel partido. Las horas previas, la grada abarrotada (y desbordada), la suficiencia de Dubovsky para marcar los tiempos, los goles de Iván Ania, la inseguridad de Buljubasich... El Oviedo jugó ese día con Buljubasich; Moreno, Gamboa, César, Abel Xavier; Iván Iglesias, Jaime, Manel, Iván Ania; Dubosvky y Dely Valdés (no tengo tanta memoria, lo acabó de ver en www.oviedin.com), con una mezcla de gente de la casa y figuras de talla internacional que parece imposible que acabara en puestos de promoción, pero así fue. La vuelta también tuvo su miga, con el caso Gamboa (expulsado en la ida y que Eugenio Prieto se las arregló para que jugara en la vuelta) y su gol salvador. Pero como momento feliz me quedo con el partido de ida en el viejo Tartiere.
Peor recuerdo: Un día me comentaron que los aficionados japoneses se hacen fans de un jugador antes que de un equipo en concreto. Como la mayoría de españoles que sigue la NBA. España fue de los Grizzlies por culpa de Pau Gasol antes de pasarse repentinamente a los Lakers sin un mínimo sentimiento de culpa por abandonar al equipo que llevaba apoyando algunos años. Son consecuencias de la mitomanía, de engrandecer al deportista hasta los últimos límites. A mí, de pequeño, me pasó con Slavisa Jokanovic. Espigado y delgaducho como el serbio, mis primeros pasos en el fútbol fueron en la posición de medio centro; Joka se convirtió en mi ídolo y referente. Por eso no debe extrañar que el día más triste que recuerdo como seguidor del Oviedo fue el de su traspaso al Tenerife.
En el momento no era consciente de que su marcha de Oviedo significaba el adiós a una etapa. Analizado desde la distancia, su marcha parece el punto de inflexión que acabó con la última gran época de los azules en Primera (la idea se la cojo prestada a Sergio Fuente, autor del libro "La Vieja Guardia"). Tampoco entré a valorar los 700 millones de pesetas que dejaba en las arcas azules. Cuando tienes 12 años sólo te interesa el fútbol. Joka consiguió entonces que el Tenerife se convirtiera en mi segundo equipo (también pesaban antecedentes familiares de la Isla) y que Serbia figurara entre mis favoritos en Eurocopas y Mundiales.
Después llegarían otras grandes decepciones, muchas, hasta hacerse familiares para el oviedismo. La derrota en Mallorca y el consecuente descenso a Segunda (momento en el que pensarán la mayoría de oviedistas ante esta pregunta) no lo fue tanto, quizás porque lo veía venir. Sí que fue más duro la remontada abortada contra el Caravaca por todo lo que significaba pasar aquella eliminatoria. Pero nada comparado con la decepción de un niño que ve marchar a su ídolo a otro equipo sin llegar a entender las razones mercantiles de su traspaso.

Herminio García-Riaño Fernández @Buenavista_Sele. Mejor recuerdo: Que tu equipo marque un gol que puede ser decisivo para alcanzar la gloria tras 12 años de humillaciones…y que la tensión agarrote tus cuerdas vocales y no te deje ni gritar, ni siquiera susurrar. Mudo, como el Hermano Marx de la bocina. Así me quedé aquel día de junio de 1988 cuando en el último suspiro del partido con 1-1, el balón que iba a coger Ezaki (el portero marroquí del Mallorca) se le escapa, y Carlos engancha un cabezazo eterno….Nunca tardó tanto un balón de bajar de las nubes. Entró el 2-1, el Tartiere abarrotado estalló como nunca, histeria colectiva. Nunca, nunca había visto semejante explosión de alegría. Solo una persona en el Tartiere se quedó ese momento sin gritar GOL con todas sus fuerzas…yo. Alcé los brazos, abrí la boca…y mis cuerdas vocales se negaron a trabajar más. Completamente mudo de la tensión tremenda acumulada. Me conformé con llorar mientras me abrazaba a no sé cuántos a la vez, que no fue poco. Ellos me chillaban en la oreja, yo no podía. Y eso que quedaba la vuelta…
Peor recuerdo: La temporada 78-79 fue la del primer descenso a 2ªB. Yo, langreano de toda la vida, acudía a Ganzábal con frecuencia, siempre considerando al Unión Popular de Langreo un equipo “por naturaleza” unos escalones por debajo del Real Oviedo. De hecho, de aquella el Oviedín pasaba por Ganzábal solo para partidos amistosos. Pero aquella temporada íbamos a pasar por Ganzabal en partido de liga, y a mis 13 años sentí una sensación que solo reviví en 2003. Aquel domingo iba a ver a mi Real Oviedo a Ganzábal, pero era un partido de liga. Una liga, por cierto, que se saldó con un ascenso in extremis (en el descuento del último partido) gracias a un gol precisamente del Langreo en Miranda de Ebro. Recuerdo una amarga tristeza aquel día cuando caminaba hacia el campo langreano a ver el partido. Sentía humillación, pesar…Y ni siquiera ganamos; al final, empate: 1-1. Más tristeza aún. Quién me iba a decir que esa sensación resucitaría en 2003…y hasta ahora.

Miguel Fernandi @MiguelFernandi. Mejor recuerdo: Me acuerdo con alegría de la permanencia en Primera con la eliminatoria con Las Palmas ¡que sufrimiento! Además, tuve la suerte de contar los ascensos contra el Ávila (Radio Sele) y Mallorca B (RPA). Se vive de forma diferente, con alegría pero "a otra cosa" al tener que estar pendiente de que la transmisión vaya por los cauces adecuados. De todas formas, creo que mi mejor experiencia con el Real Oviedo aún está por llegar.
Peor recuerdo: Por mi edad, 32 tacos, quizás los recuerdos de la eliminatoria de UEFA me queden algo difusos aunque el disgusto de la eliminación en Genova me sentó como una patada en la entrepierna. Quizás sea uno de los momentos que mas me dolió, era un guaje. Me acuerdo que me quedé con la tele puesta y mirando para ella y eso que ya estaban echando otro programa... me fui a la cama sin cenar.
El primer descenso a Tercera -el extradeportivo- me cogió lejos. Estaba en Bretaña y no me lo acababa de creer y ni de entender ya que de aquella lo de internet no era como ahora. Me di cuenta de todo a mi regreso a Asturias una semana después de haberse producido.

David Alonso Mata @dalonsomata Mejor y peor recuerdo: ¡¡Volveremos!!
Mi reloj marca la 1.25 de la madrugada del lunes 26 de marzo, día en el que todos los seguidores azules celebraremos el 86º aniversario de nuestro club, y momento en el que comienzo a escribir estas líneas. El cansancio por la tensión vivida después de un partido tan importante como el de esta tarde ante el Albacete Balompié comienza a hacer mella en mi cuerpo, pero la ilusión de mi amigo Santi Serrano, Frefu, me ayuda a estar lúcido a estas horas de la madrugada. Gracias a él, Oviedo, capital de Asturias, y Real Oviedo, equipo de fútbol, son un poco más conocidos en un país como Grecia, donde el balompié adquiere una importancia máxima. Ahora mismo se me viene a la mente una fotografía de un estadio griego en la que una bandera del Real Oviedo ondea en uno de los fondos. Quizá no sea más que una pura casualidad, pero por gestos como ese, o el de otros tantos oviedistas en el exilio que cada domingo se pegan a un ordenador o a un transistor para conocer el resultado de su equipo, merece la pena dar aún más lo mejor de uno mismo y decir bien claro que el sentimiento azul está más vivo que nunca.
Cada uno lucha por el Real Oviedo desde el lugar en el que reside. No importa si es más cerca o más lejos del estadio Carlos Tartiere. Lo importante es el sentimiento. En mi caso, tengo la fortuna de vivir aquí y de trabajar en el club desde el que soy seguidor desde que nací. Tengo 28 años y me considero un “oviedista de cuna”. Socio y accionista de la entidad desde hace más de dos décadas, a lo largo de todo este tiempo me ha tocado conocer las dos caras de la moneda. Por un lado, la larga estancia del club en Primera División, con victorias impensables ante rivales de gran prestigio que me ayudan a confiar en que algún día volveremos al lugar que nos merecemos. Y por otro lado, el amargo verano de 2003 y todo lo que aconteció después. Principalmente, desilusión por los batacazos de Arteixo, Caravaca o Pontevedra.
Este arraigo por el club me viene de familia. Mi padre, Celso Alonso, periodista ya jubilado del periódico La Nueva España, me inculcó la simpatía por el Real Oviedo, una simpatía que él tiene desde pequeño y que acrecentó cuando tuvo la oportunidad de cubrir la actualidad diaria del club. Otra figura importante es mi tío Juan Mata, ex futbolista del club y con el que di mis primeros golpeos a un balón en el vetusto Carlos Tartiere. Ellos sembraron esa semilla oviedista en mi cuerpo que, con el paso de los años, me encargué de ir alimentando diariamente hasta ser un oviedista más. Un sufrido oviedista más.
No hay un momento exacto que recuerde como el punto de origen de mi oviedismo. Quizá el hecho de estudiar en el colegio Buenavista I, próximo al municipal ovetense, me pueda confundir a la hora de datar mi memoria con mayor certeza, pero lo cierto es que diariamente observaba a los jugadores del Real Oviedo pasar por la calle de mi colegio. Al que más veía era a Zúñiga, que residía en uno de los edificios de enfrente. Debido a mi corta edad acudía a los partidos con mi padre y me situaba en la zona reservada para la prensa, desde donde no me perdía ni un ápice de las jugadas. Pude ver la fantástica temporada que nos abrió las puertas por primera y única vez a participar en una competición europea, la eliminatoria contra el Génova (nunca había visto hasta ese día tanta gente en las gradas), la visita de Maradona con el Sevilla o la calidad de futbolistas como Carlos, Luis Manuel, Jokanovic, Paulo Bento, Fabio Pinto o el tristemente fallecido Dubovsky, entre otros. Vaya por delante mi debilidad futbolista por los dos últimos jugadores. La velocidad del primero y el talento del segundo perduraron durante mucho tiempo en mi memoria. Por ejemplo, ¿quién no celebró el tanto del brasileño al Barcelona?....
En esta primera época, que coincide con mi asistencia al antiguo Carlos Tartiere, apenas tengo recuerdos negativos. Si bien hubo alguna que otra decepción, como una derrota ante el Racing de Santander o decisiones arbitrales que influyeron negativamente en el resultado final de algún encuentro.
Con el traslado al nuevo estadio Carlos Tartiere se abre una nueva etapa de recuerdos oviedistas. El que más me impresionó, para bien claro está, fue la unión de todos los estamentos después del verano del 2003. Las colas por renovar el carné del Real Oviedo en aquella temporada 2003/04, abono que por cierto guardo con mucho orgullo junto al resto de carnés del club, y el primer partido ante el Oviedo Astur Club de Fútbol fueron dos de las pruebas de que el oviedismo seguía vivo. Personalmente, tuve el orgullo de jugar ante el Real Oviedo en agosto de 2003. Por entonces daba mis últimos pasos en el mundo del fútbol y militaba en el Berrón, equipo de Regional Preferente con unas buenas instalaciones en las que el club azul llegó a entrenar algunos días. Un par de semanas antes de que comenzase la liga regular se fijo un partido amistoso en el Sergio Sánchez “Pepío”. Creo recordar que fue el primer día de Aitor Aldeondo, que no llegó a vestirse de corto y siguió el choque desde la grada. Desde el terreno de juego pude comprobar la calidad técnica de jugadores como Jon Carrera o Recamán, entre otros. Recuerdo de manera especial un “caño” que me hizo el segundo en una jugada en el centro del campo. Se me escapó un “oooh” propio más de mi sentimiento azul y de saber valorar un bonito gesto técnico. Aquel día viví un choque de sentimientos. Me enfrentaba al club del que soy socio desde pequeño. Y, para más morbo, enfrente estaban amigos como Paul Folgueras o Diego Cervero, ambos de mi quinta.
Años más tarde, concretamente en septiembre de 2006, el Real Oviedo, de la mano de Juan Mesa como presidente, me dio la oportunidad de formar parte de la gran familia azul como uno de los miembros de su departamento de comunicación. Desde dentro todo se ve con otro prisma y más con sentimiento azul. Se disfruta mucho más con las victorias, de las que eres, en cierto modo, partícipe al convivir diariamente con los futbolistas, con los que en algunos casos pasas a tener una estrecha relación de amistad. Pero la parte mala viene con las derrotas. Ahí es donde se sufre de verdad, donde los varapalos te hacen madurar a marchas forzadas. No es que todo se magnifique, sino que los mazazos vividos en primera persona, como aquellos ante Caravaca o Pontevedra, te pueden hacer mella. Pero la ilusión de aportar tu granito de arena para que el Real Oviedo regrese al fútbol profesional te obliga a rehacerte en muy poco tiempo. Al final, todo es una cuestión de sentimientos. Y el mío, como el de todos vosotros, será azul durante toda la vida. ¡Volveremos!.


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